George Santayana, Philosopher, Writer and Poet

The philosopher, poet, and writer Jorge Agustin de Santayana, known as George Santayana, was born in Madrid, Spain on December 16, 1863. Santayana’s early life and childhood were complicated, with his mother’s world travels, his North American half-brothers, and his father’s residence in Spain.  He reflected that he never felt at home anywhere, and was “a stranger at heart”.  He studied at Harvard University, where he earned his doctorate in philosophy. He taught at Harvard until his early retirement in 1912. Santayana devoted his life to travel, philosophy, and writing, noting that, “My career was not my life.  Mine has been a life of reflection.” He questioned the Catholic religion and based his philosophy on skepticism, materialism, and humanism. His reputation and influence grew considerably after his death, as thoughtful readers began to appreciate the gracefulness of his prose and the courage of his inquiries. Among his memorable aphorisms that have become part of the North American philosophical vernacular is: “Those who cannot remember the past are condemned to repeat it.” (Image from Time Magazine.)
El filósofo, poeta y escritor Jorge Agustín de Santayana, conocido como George Santayana, nació en Madrid, España el 16 de diciembre de 1863. Los primeros años de vida e infancia de Santayana fueron complicados, con los viajes mundiales de su madre, sus medio hermanos norteamericanos, y la residencia de su padre en España. Reflexionó que nunca se sintió como en casa en ningún lugar y que era “un extraño de corazón”. Estudió en la Universidad de Harvard, donde obtuvo su doctorado en filosofía. Enseñó en Harvard hasta su jubilación anticipada en 1912. Santayana dedicó su vida a los viajes, la filosofía y la escritura, señalando que “Mi carrera no fue mi vida. La mía ha sido una vida de reflexión”. Cuestionó la religión católica y basó su filosofía en el escepticismo, el materialismo y el humanismo. Su reputación e influencia crecieron considerablemente después de su muerte, ya que los lectores atentos comenzaron a apreciar la gracia de su prosa y el valor de sus investigaciones. Entre sus aforismos memorables que se han convertido en parte de la lengua vernácula filosófica norteamericana está: “Aquellos que no pueden recordar el pasado están condenados a repetirlo”. (Imagen de la revista Time.)